¿Qué significa "vid vieja"?
El término "vieille vigne" ("viña vieja" ) utilizado en algunas etiquetas de vino se supone que indica que el vino procede de viñas consideradas viejas. Sin embargo, este término no se rige por ninguna legislación específica y, por tanto, puede abarcar realidades vitícolas diferentes. Además, se suele suponer que las vides más viejas producen mejor vino, pero esto tampoco es siempre cierto.
"Vid vieja"... una edad relativa
Como no existe un marco jurídico para este término, significa simplemente que el vino que lo lleva procede de las viñas más viejas de la finca. Se considera que las cepas de menos de 20 ó 25 años no pueden (no deben) calificarse de "viejas", ya que es a partir de esta edad cuando se convierten en "adultas". Sin embargo, en función de las condiciones de plantación, producción, suelo, calidad del material vegetal y variedad de uva, ¡esta maravillosa planta puede alcanzar felizmente varios siglos de existencia! La vid más antigua se encuentra en Maribor (Eslovenia), donde se plantó hace 400 años. También hay vides que datan del siglo XIX en Francia. Esto significa que el término "viñas viejas" puede referirse tanto a viñas jóvenes de 25 años como a viñas viejas de más de 100 años. Esta edad relativa depende de la edad media de las vides de la finca. Lo mejor es preguntarse por la edad de las vides utilizadas para elaborar el vino.
¿Las vides más viejas hacen mejor vino?
Legalmente, se puede elaborar un vino a partir de vides de 3 años. Los vinos de calidad elaborados con cepas de menos de 10 años suelen ser ligeros y llenos de frescura. Entre los 10 y los 20 años, las cepas son más vigorosas y hay que controlar su vigor para no producir vinos sin personalidad. Cuando las cepas alcanzan los 20 ó 25 años, los rendimientos se estabilizan y tienden a disminuir. Si el suelo (ausencia de roca excesivamente dura) y las condiciones de producción (calidad del material vegetal, utilización moderada de abonos) lo permiten, las raíces se profundizan. Se considera que las vides con raíces profundas y rendimientos controlados producen vinos más ricos, más concentrados, con más cuerpo y más expresivos de las características de su terruño.